El régimen de Morales tiene la característica de hacer empresas estatales para fines políticos. Esta lógica no es nueva y está vinculada a lo que hacía el régimen de Banzer en los años setenta. «Hay que hacer empresas para dar empleo a nuestros militantes.» Dichas empresas hacían obras que nunca tuvieron la finalidad de desarrollo. Su razón de ser es política bajo el discurso del así denominado proceso de cambio. Aquí reproducimos un artículo que enumera lo existente. El autor es Raúl Peñaranda quien no es parte de U.N.O. Publicamos este artículo por su rigor periodístico. Fue publicado en Los Tiempos en fecha 2.6.19.
En mi columna anterior ofrecí a mis lectores “el abecedario de la corrupción”. Me pareció también interesante redactar el “abecedario de los elefantes blancos”. Los que incluyo en la siguiente lista implicaron un gasto sideral de unos 18.550 millones de bolivianos, o 2.650 millones de dólares. Todos han sido construidos por el gobierno central o alcaldes y gobernadores del MAS, en alianza con el Ejecutivo.
Como en mi artículo anterior quedaron muchas obras sin poder citarse. Esta es la lista:
Apolo, aeropuerto de. Costó 44 millones de bolivianos y sólo ha sido usado en el vuelo inaugural. Apolo tiene muchas necesidades, la menor de ellas, un aeropuerto.
Bulo Bulo. La fábrica de urea, que costó 1.000 millones de dólares, funciona a menos de la mitad de su capacidad y ha estado varias veces paralizada. Su ubicación es muy inadecuada.
Cartonbol. Es una de las empresas estatales deficitarias, según un estudio de Cedla. La empresa funciona de manera irregular. Costó unos 40 millones de bolivianos, pero se desconoce el nivel de las pérdidas.
Chimoré, aeropuerto. La obra costó 240,5 millones de bolivianos. Excepto para realizar actos proselitistas del MAS, este aeropuerto no ha servido por lo menos para vuelos oficiales.
Danzantes, Fuente de Aguas. Costó 8,8 millones de bolivianos y no está en funcionamiento por falla de los equipos. Está ubicada en Villa Montes.
Estadio Celedonio Farfán, provincia Avilés, Tarija. Costó 10,3 millones de bolivianos y tiene más capacidad que la población del municipio (5.490 habitantes).
Fábrica de productos de litio. El Estado ha invertido unos 600 millones de dólares en la industria del litio, sin resultados hasta ahora.
Guadalupano, estadio departamental, en Entre Ríos, departamento de Tarija, a un costo de 56 millones de bolivianos, con capacidad de 12.570 espectadores. Toda la población de Entre Ríos tiene 4.044 habitantes.
Hipódromo de la provincia O’Connor. Tuvo un costo de 45,5 millones de bolivianos para hacer ¡carreras de caballos! La infraestructura incluye un rodeo. La provincia tiene decenas de otras necesidades.
Ixiamas, aeropuerto de. Denominado “Evo Morales”, demandó una inversión de 43,5 millones de bolivianos. Está abandonado desde hace cuatro años.
Jugo de frutas, Fábrica de Cítricos de Bermejo. Tuvo un costo de 70,9 millones de bolivianos. La fábrica es tan grande que con la producción total de las hectáreas disponibles la planta estará sin uso nueve meses al año, dijo un estudio de Waldemar Peralta, titulado Elefantes blancos en Tarija.
Kuaa, computadoras. El Estado erogó en la empresa Quipus 473,6 millones de bolivianos, pero la empresa sólo logró conseguir ingresos anuales de 5,2 millones, alrededor del 1%.
Lucianita, ingenio. Ubicado en Huanuni, la maquinaria fue comprada a la empresa china Vicztar, que cobró 350 millones de bolivianos. Fue entregado en 2015, pero la planta no funciona.
Monteagudo, aeropuerto. Implicó una erogación de 55 millones de bolivianos y fue inaugurado en 2016. Está abandonado.
Niños, Hogar de. Fue construido en Quillacollo, con un monto de 5,5 millones de bolivianos, pero está abandonado.
Orinoca, museo de Evo. Costó 49 millones de bolivianos y es apenas visitado. Los turistas nacionales y extranjeros han mostrado casi nulo interés en el museo.
Planta Separadora de Líquidos. Al no haber gas suficiente, funciona al 30% de su magnitud, fue concebida de manera desproporcionada. Se destinaron a ella 700 millones de dólares.
Quebrada Liberato, Caraparí. La quebrada, que no tiene agua desde hace años, fue canalizada a un costo de 22,5 millones de bolivianos.
Rodeo de la tradición chaqueña (Yacuiba-El Palmar). Implicó un gasto de 47,7 millones de bolivianos. Pese a tener 70.000 metros cuadrados, solo se usa tres veces al año, informó el libro Elefantes blancos en Tarija, de Waldemar Peralta.
San Buenaventura. La fábrica de azúcar no funciona pese a la inversión de 260 millones de dólares. Fue inaugurada en 2015. Para poderla echar a andar, el Estado debe entregarle 70 millones de dólares adicionales.
Tonel, estadio. Construido en el Valle de la Concepción, tiene capacidad para 13.000 espectadores. El Valle de la Concepción tiene 1.722 habitantes. Costó 33 millones de bolivianos.
Unasur. La sede del Parlamento de Unasur sirve para fiestas de promoción y matrimonios. No fue utilizada nunca para su fin oficial. Costó 72 millones de dólares.
Villa Montes, Teatro al Aire Libre. Pese a que costó 16,1 millones de bolivianos, casi nunca se usa. Está semiabandonado.
Yacuiba, Campo ferial. Tuvo un costo de 72 millones de bolivianos y 37.154 metros cuadrados. Está previsto que se utilice solo una vez al año.
Zona de Ticti Norte, Mercado Modelo del Norte. Requirió una inversión de 8,5 millones de bolivianos, tiene capacidad para 260 puestos, pero sólo cuenta con 30 comerciantes.
Raúl Peñaranda U. es periodista.