Panorama oscuro en extremo. Las imágenes del derrumbe del pluriestado sobre la patria vejada son inequívocas: se está hundiendo como todo experimento desafiante de la verdad probada, de la sensatez y del buen sentido. Amenazando sepultarnos con él. La debacle llegó pronto —menos mal—, a lomo de bestias en galope desenfrenado, pero los daños producidos en su fatal recorrido son inmensos y su reparación será muy difícil. Mientras más tarde, más difícil (...) Esta vez, además, decidiremos quién irá por delante de nosotros en la lucha democrática mirando con lupa la lista de sus acompañantes para ver que no sean ignorantes, cobardes, inescrupulosos, desconocidos, apadrinados, irresponsables, inmaduros y/o estúpidos… Que sean demócratas, con principios, que nos hagan sentir orgullosos y bien representados. Que no lleguen por el favor de ningún autócrata.
Que a la altura de nuestro ánimo estén quienes se sienten dignos de representarnos ¡y vamos a vencer!