¿Qué podemos pensar de un gobierno elegido por una gran mayoría pero que sólo (des)gobierna en favor de minorías: depredadoras (cooperativistas auríferos, “interculturales”), delictivas (contrabandistas, narcotraficantes) y parasitarias (burócratas azules)? Que dejó de ser una democracia representativa desde la ruptura del orden constitucional (o golpe judicial) del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) en noviembre de 2017, hasta el presente signado por la Declaración Constitucional Plurinacional DCP 49/23 de auto prórroga del TCP en diciembre 2023. La muestra es lo acontecido recientemente en la Asamblea Legislativa cuando las parlamentarias de oposición fueron golpeadas por sus colegas, se vieron secuestradas por turbas paraestatales y acosadas por funcionarios MASistas - arcistas de la misma Asamblea para “¡que sesionen!” por la fuerza, y la intimidación.