[La Ley de Maduro supuestamente contra el fascismo] no sólo esta ley abre el camino a la arbitrariedad y a la anarquía; los que quieren controlar brotes de fascismo están empleando actitudes, conceptos y procedimientos más propios de fascistas que de demócratas. Lo que se oponga al caudillo, al partido y al Estado está contra la nación; es el enemigo y debe ser destruido.
(...) el régimen de Maduro comete los mismos actos que pretende prohibir: cree en su superioridad por motivos nacionales y políticos; asume la violencia como método de acción política, ha causado muchísimas muertes; erosiona, desportilla y rompe la democracia, sus instituciones y valores; suprime derechos reconocidos en la constitución venezolana.