¿En qué consiste esta dignidad? En que todas las personas son dignas de respeto, más allá de cómo sean. En el valor que tienen por sí mismas, por el solo hecho de serlo. No es una condición provista por ninguna persona, Estado, gobierno u organización, sino que es consustancial a la humanidad sin ningún tipo de distinción. La dignidad es intrínseca a la condición de las personas y, por ello, es inalienable e irrenunciable.