¿Modelo cooperativista aurífero liberal? (Edgar Cadima, Los Tiempos, 20.5.24)

Los cooperativistas que iniciaron sus actividades de explotación minera en las “colas y desmontes” de la minería tradicional, han mutado, poco a poco, hasta convertirse hoy en grandes empresarios que exhiben el disfraz de cooperativistas pobres. Y, es que la acumulación de capital tiene que crecer, reinvertirse y expandirse a otros campos. Los actuales cooperativistas ya no son los grupos que, por sí mismos, explotaban su “cuadra o filón” asignado, estos se han convertido en empresarios cooperativistas que contratan trabajadores (incluso niños) al margen de toda regulación laboral.

Las prácticas del cooperativismo minero tradicional de las “colas y desmontes” han sido ampliadas a la explotación del oro. Si bien, ya en el campo de la minería tradicional sus desmanes medioambientales eran (y son) preocupantes, lo que ahora provocan los cooperativistas auríferos son desmedidos.

https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20240520/columna/modelo-cooperativista-aurifero-liberal

El único camino es el de la libertad (Gisela Derpic, Los Tiempos, 19.5.24)

El socialismo es un modelo fallido. No puede producir riqueza porque es parasitario. No quiere producirla porque necesita miseria para reproducir eternamente el poder totalitario. El socialismo aniquila la libertad con el terror y la propaganda. Niega a la persona individual y la deforma en “hombres masa”, sin conciencia, sin iniciativa, sumisos siervos del totalitarismo. Por eso Cuba es una “isla prisión” donde campean el hambre y el desamparo. El socialismo es un salto al pasado. Sustituye la política con la violencia; el Estado con el poder omnímodo; el Derecho con órdenes de ese poder. En el socialismo no hay Derecho. 

El MAS quiere hacer de Bolivia otra Cuba. Nuestra respuesta, la única, es: “¡Morir antes que esclavos vivir!”. 

https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20240519/columna/unico-camino-es-libertad

Auschwitz hoy se llama Gaza (Rafael Narbona, 15.5.24)

Se ha criticado muchas veces la pasividad de las democracias occidentales durante la Shoah, cuya existencia se conocía desde 1942, cuando Jan Karski, diplomático polaco, informó a Roosevelt y Churchill de lo que sucedía en el Este de Europa. Hoy sabemos lo que está sucediendo de Rafah y Alemania, Francia, Reino Unido y EEEUU, lejos de adoptar medidas disuasivas, siguen apoyando el genocidio impulsado por Netanyahu, un criminal de guerra que jamás responderá por sus actos, pues goza del apoyo de las grandes potencias occidentales y se beneficia de la inhibición de muchos países árabes. EEUU e Israel no reconocen la Corte Penal Internacional y nadie moverá un dedo para que Netanyahu se siente en el banquillo, pese a que es el responsable del asesinato de más de 40.000 civiles palestinos, la mayoría niños.

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Ni viendo hay que creerles (Gisela Derpic, Correo del Sur, 15.5.24)

La impostura saltó a la vista en 2011, con el caso TIPNIS. Se desnudó por completo en 2016 cuando Bolivia dijo ¡No! No se les cree nada, ni la supuesta pelea en el MAS. Se la considera una simulación para sorprender a los demócratas del país y debilitar sus posibilidades electorales. Se la ve como una reyerta de forma por prebendas, corrupción e impunidad, fácilmente reversible. Se sospecha un juego de dos candidaturas azules para acaparar la representación legislativa y consolidar el poder total. En cualquier caso, se los sabe iguales, sin posible distinción entre uno menos y otro más malo; son coautores, cómplices y encubridores de todos los eslabones de la cadena del desastre en el cual el país está sumido.

Esa conciencia es parte de la victoria democrática que nos merecemos, la que la oposición nos debe.

SEPREC y el acceso a la información (Carlos Derpic, Brújula Digital, 15.5.24)

Cuando en 2006 el MAS accedió al poder prometió, entre varias otras cosas, que libraría combate a muerte contra el flagelo de la corrupción. Años después, en 2009, a publicación mediante la que se presentó la “Política Nacional de transparencia y lucha contra la corrupción”, decía que “Uno de los principios fundamentales del gobierno liderizado por el Presidente Evo Morales es la ‘Gestión Pública con Transparencia’; para lo cual el Ministerio de Transparencia Institucional y Lucha contra la Corrupción ha iniciado una lucha frontal contra la corrupción, con la finalidad de erradicarla”. Afirmaba el documento que, “los lineamientos de política del Plan Nacional de Desarrollo para erradicar la corrupción institucionalizada tienen como objetivo "Cero tolerancia a la corrupción", lo que implicaba luchar contra la impunidad y promover la plena transparencia en la gestión pública y la vigencia efectiva de mecanismos de control social en el Estado Plurinacional de Bolivia”.

Por esa cartera de Estado, que fue degradada a Viceministerio con el Gobierno de Luis Are, desfilaron personajes de todo tipo, pero los resultados de su gestión fueron más bien modestos, si no nulos.

https://brujuladigital.net/opinion/seprec-y-el-acceso-a-la-informacion