A él (Arce Catacora) le toca tomar medidas impopulares como la eliminación de la subvención a los hidrocarburos y reprimir la protesta social sucesiva. En buen castellano, Arce es el chivo expiatorio que lavará la imagen del fugado (Evo Morales) para facilitar su vuelta al poder como salvador. Él es el malo y el otro, el bueno. Estrategia malévola, con olor a mar Caribe. Morales cuenta a su favor con la ausencia de oposición democrática y de opción unitaria. Cuenta con la sumisión leal del pagote sentado hoy en la preciosa silla mientras viva.
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