La economía boliviana continúa en una pendiente de caída y se agudizan los desequilibrios fiscales, monetarios, cambiarios y financieros, que conllevan riesgos para la estabilidad macroeconómica. La falta de soluciones oportunas y eficaces agrava los problemas y crea incertidumbre sobre el rumbo actual.
Un desafío prioritario es reducir el déficit fiscal, encarando sus causas subyacentes: los subsidios cuantiosos e ineficientes a los carburantes, el exceso de empleo público, la situación de descalabro financiero en las empresas estatales. Una política cambiaria correcta sería unificar el mercado de cambios, No obstante, una medida previa para que este esquema funcione es bajar el déficit fiscal y suprimir su financiación con créditos del BCB, conteniendo la emisión monetaria. Una vez se estabilice el mercado cambiario, podría pensarse en restaurar el mecanismo del Bolsín del BCB, que demostró gran eficiencia en el pasado, y podría ser valioso en el futuro para la estabilidad cambiaria.