Quienes defendimos la democracia y libertad, no por unos días sino por años, nos sentimos derrotados, dolidos y con la gran interrogante que no para de dar vueltas: ¿Por qué el descalabro? ¿Qué pasó? Intentamos buscar una respuesta satisfactoria, pero nada nos convence. ¿Qué pudo haber pasado para que el partido que construyó elefantes blancos, destruyó la institucionalidad, depauperó aún más la salud, creyó que la educación se mejoraba con un poco de cemento, hirió de muerte a la justicia y, lo peor de todo, cometió el error imperdonable de alentar el odio entre bolivianos, volviera a ganar en las urnas y de manera contundente? Ni siquiera la asfixia provocada con bloqueos asesinos pudo cambiar la tendencia, ¿qué pudo haber pasado? La respuesta parece estar en los siguientes puntos.