Despuntaba apenas aquel 11 de marzo de 2015 al exhalar Líber Forti su último suspiro en Cochabamba, a sus 95 años. Había llegado a la última estación de su expedición vital el fundador y animador principal de un portentoso movimiento cultural en Tupiza, en el sur de Bolivia. Además, padre del teatro moderno boliviano y asesor cultural de la Federación Sindical Única de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y la Central Obrera Boliviana (COB) desde 1963 hasta 1986, cuando eran las respetadas “organizaciones matrices” del pueblo por su independencia del poder político. Y lo eran porque él era su asesor cultural, como escribió Filemón Escobar al dedicarle uno de sus libros.
