El MAS, en sus casi 20 años de gobierno, ha destruido toda la institucionalidad estatal. No dejaron piedra sobre piedra institucional. Ni la Constitución les sirve de guía para gobernar y avanzar hacia el desarrollo nacional. La kakistocracia enquistada en todas las reparticiones del Estado ha destruido la calidad de la gestión. Todas las autoridades estatales son interinas, salvo una que otra con cierto grado de legitimidad, pero sin protagonismo real (...) Frente a esta barbarie destructiva de la patria y sin dejar de denunciar el carácter autocrático del régimen actual, es vital contraponer la esperanza de reconstrucción nacional que siente las bases para luchar contra la pobreza y el subdesarrollo. Reconstruir nuestro país con base en un republicanismo democrático que consolide el Estado de derecho (...)
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