Vistas las cosas con serenidad, habrá que convenir que el futuro es incierto y nadie, nunca, es capaz de predecir lo que vaya a ocurrir durante el año que acaba de comenzar. Podemos sí afirmar que tendrá cosas buenas y cosas malas, que los poderosos continuarán aferrados al poder, que los problemas que tenemos en Bolivia y el mundo no se superarán de la noche a la mañana y cosas similares
Pero, hay algo que sí podemos hacer y que está bajo nuestro control y voluntad. Mirar el 2025 con entusiasmo y esperanza; estar seguros de que, de la manera en que enfrentemos los problemas, dependerá en gran medida su solución.