El MAS, en sus casi veinte años de gobierno, como un cáncer, ha destruido todo el aparato estatal y social. No dejó piedra sobre piedra institucional. Ni la Constitución le sirve de guía para gobernar y avanzar hacia el desarrollo nacional. La kakistocracia enquistada en todas las reparticiones del Estado ha destruido la calidad de la gestión. Todas las autoridades estatales son interinas, salvo una que otra con cierto grado de legitimidad, pero sin protagonismo real.
https://www.datapolis.bo/opinion/reconstruccion-nacional-un-compromiso-de-lucha